martes, 17 de julio de 2012



¿POR QUÉ SE QUEMAN LOS MONTES VALENCIANOS?
Mª Ángeles Llorente Cortés.

Volvemos a llorar por nuestra tierra. Sentimientos de rabia, de profunda tristeza se instalan en nuestros corazones y la razón nos dice que hay que actuar, que hay que cambiar este modelo capitalista devastador que acaba con las personas recortando sus derechos fundamentales y que destruye la naturaleza para el enriquecimiento de unos cuantos. Una vez más asistimos al triste espectáculo de ver como se queman nuestros montes, nuestro patrimonio natural, las tierras que un día deberían disfrutar nuestros hijos e hijas. Miles y miles de hectáreas calcinadas, que en el caso hipotético de que quisiesen recuperarse, tardarían años en volver a ser ese espacio de belleza y armonía que sólo la naturaleza virgen es capaz de ofrecernos.
Se queman los bosques y las pérdidas económicas son incalculables, merma de reservas hídricas, ya de por si escasas, reducción de emisiones de oxigeno a la atmósfera y contaminación creciente, daños a la agricultura, casas destrozadas, riesgo de vidas humanas, riesgo nuclear, (Suerte que funcionaron los generadores de gasoil porque sino estaríamos en el escenario de Fukushima), desaparición de especies vegetales y animales, etc…. 
¿Y qué lectura hacemos de este lamentable escenario? Una vez más se pretende disfrazar con burdas mentiras una realidad evidente. ¿ Por qué llamamos accidente a la consecuencia de unas políticas nefastas incapaces de prevenir, ni de actuar con rapidez, eficacia y eficiencia cuando es necesario? Esto que ahora ocurre es sin duda una tragedia, pero que nadie quiera engañarnos, porque señores y señoras, la catástrofe que ahora se está produciendo, no era inevitable. Aquí hay una responsabilidad política que la ciudadanía ha de denunciar y reclamar con contundencia si de una vez por todas, asumimos la responsabilidad que como seres sociales nos corresponden .
Cualquier persona medianamente sensata sabe que la prevención de los incendios forestales se basa por una parte, en evitar que se produzcan y por otra en minimizar sus consecuencias una vez que se han iniciado. Para evitar que se produzcan son necesarias, por un lado, campañas educativas e informativas dirigidas a la población en general y a determinados sectores en particular, que eviten situaciones de riesgo. Por otra parte, y esta es la fundamental, es imprescindible una buena planificación de las masas forestales y de su cuidado. Todo el mundo sabe que no es lo mismo repoblar con pinos, planta “pirófita” que multiplica los efectos del fuego, que con árboles y plantas autóctonas (carrasca, etc…) mucho mejor adaptados al clima propio de la zona y con menor poder combustible. También es de dominio popular que hay que abrir cortafuegos y pistas forestales y que hay que limpiar periódicamente los bosques . Todas estas medidas ayudarían a prevenir y minimizar la velocidad y propagación de un incendio forestal.
Claro para todo esto hace falta dinero, como también es necesario prever fondos para extinguirlos. Dinero para formar personal especializado, con recursos suficientes, planificar una buena coordinación entre todos los organismos que han de participar en las tareas de extinción, organizar a la sociedad civil y un largo etcétera más, Ya están apareciendo en los medios de comunicación y en las redes sociales denuncias de alcaldes y personas que participan de cerca, sobre la falta de medios y carencias de organización. 
Pues si, nuestros gobernantes también lo saben, pero les importa un bledo. El pasado verano, EUPV denunció en las Cortes y en todos los Ayuntamientos con sendas mociones, que el Gobierno del PP iba a reducir las plantillas de las brigadas forestales de emergencia en un 70% ( de 445 trabajadores/as a 100, y estos además con carácter discontinuo). Nadie nos hizo caso, aquí a la oposición seria no se la tiene en cuenta. La cruda realidad es que la conservación del patrimonio natural les importa muy poco. La Formula 1, el Circuito de Cheste, la visita del Papa, etc, eran y continúan siendo mucho más importantes para unos gobernantes que han perdido la dignidad y la vergüenza y que después de 17 años en el gobierno nos van a dejar un País Valencià completamente arruinado y devastado. Nuestras costas y aledaños están plagadas de construcciones horribles y deshabitadas la mayor parte del año, fruto de una especulación inmobiliaria que nos está llevando a todos a la ruina, mientras unos pocos guardan cuantiosos capitales en paraísos fiscales. Y nuestros montes calcinados, sin vegetación, sin fauna , sin vida.

Podemos endeudarnos y pedir ayudad para rescatar a la banca, pero ni tenemos ni buscamos recursos para conservar nuestra tierra, fuente de riqueza natural y economía sostenible, único elemento base de la vida que nos pone en contacto con muestro ser y estar en el mundo. Aquellos que presumen de valencianía y que nos gobiernan desde hace 17 años, están propiciando con sus políticas la destrucción del mayor patrimonio de estas tierras valencianas, la inmensa riqueza que se deriva de una tierra inconmensurable en la variedad y belleza de paisajes naturales, y en la multitud de especies vegetales y animales que la pueblan. ¿Hasta cuando vamos a permitirlo? .

Mª Ángeles Llorente Cortés.
Responsable de las Comarcas del Interior de EUPV
Coordinadora de Áreas EUPV